
Una de las mejores y más personales películas de Jonathan Demme y el Off Broadway.
El transfer es limpio y nítido; el sonido también acorde, aunque no sea un film a grandes rasgos connotativo en estos aspectos.
Una de las mejores y más personales películas de Jonathan Demme y el Off Broadway.
El transfer es limpio y nítido; el sonido también acorde, aunque no sea un film a grandes rasgos connotativo en estos aspectos.