Pirata 73

Al final me decanté por ver Birdman y no Ex Machina. Ahora me arrepiento porque la primera me pareció un tostón de primera y muy sobrevalorada. Con muchas ganas de ver esta, y más con la crítica que has puesto!

Con ganas de verla me llama mucho, gracias por tu opinión.

Ex_machina es ante todo una muy buena película de género, no es una obra maestra (ni falta que le hace), nictampoco es una cinta que presente una historia que invente algo nuevo. Raro sería a día de hoy encontrarnos una historia totalmente novedosa que no recurra a una inspiración ajena o a guiños u homenajes a otras películas y Ex_machina no es una excepción. Para mi lo importante no son tanto los ingredientes como el como están cocinados y presentados y ese es indudablemente el gran triunfo de esta película.

De entrada os diré que el que espere grandes batallas entre robots, edificios cayéndose, coches explotando, etc etc esta no es su pelicula, para nada. Lo que ofrece esta elegante propuesta de Alex Garland es más una especie de batalla de intelectos al más puro estilo de La huella, la genial peli de Mankiewicz, entre los pocos personajes que aparecen en el film. Y es que, si obviamos la oficina que aparece en los primeros dos minutos de metraje, el piloto de helicóptero que lleva a uno de los protagonistas hasta el lugar donde va a acontecer la trama y los segundos finales en una calle transitada, durante el resto de la película nos centráremos en apenas cuatro personajes (y uno de ellos ni siquiera habla), que cargan sobre sus hombros todo el peso de que se consiga tensión a base de lo que dicen (o mejor aún, de lo que no dicen) y en verdad que lo consiguen de una manera brillante.

Para qué esto sea posible tenemos que remitirnos a unos actores que están colosales en su trabajo, tanto Óscar Isaac como ese genio capaz de crear una inteligencia artificial (con reminiscencias a Víctor Frankenstein), como Domhnall Gleeson en el papel de alumno que pasa de la fascinación por el descubrimiento a la inquietud de no saber quien dice la verdad y quien miente. Mención especial para Alicia Vikander, que realiza una interpretación cargada de matices y que hace sentir por ella ternura, fascinación, desconfianza y hasta terror. El otro personaje del relato esta interpretado por la bellísima Sonoya Mizumo y si bien es el que menos aporta a la trama no es menos cierto que su presencia resulta fascinante.

Como en la ya mencionada La huella, estamos hablando de una película que se desarrolla (casi) única y exclusivamente en una sola localización, la futurista (e inquietante) mansión rodeada de unos paisajes preciosos de uno de los protagonistas. Son precisamente las pocas salidas al exterior de los protagonistas para hablar en medio de la naturaleza las que alivian algo la tensión in crescendo del relato, dado que el ambiente opresivo de la casa es un recurso que Garland utiliza de manera muy efectiva para crear inquietud en el espectador.

Por otro lado hay que destacar los diálogos del film, y es que para que una propuesta como esta funcione (que da de lado la espectacularidad visual en favor de crear tension en base a los personajes) es necesario que lo que se dice sea lo suficientemente interesante para mantener la atención del espectador, y aquí es donde realmente triunfa la película. Y es que se nota que Alex Garland, director y guionista de esta película (que supone su debut en la dirección), es escritor, ya que da a sus diálogos un nivel de calidad que rara vez se ve en el cine y son los que de verdad generan tensión en cada fotograma.

En fin, que me parece una propuesta sería y adulta de género. No trata al espectador como si fuera idiota y se molesta en presentar una historia sólida y que engancha. Los diálogos, los personajes, la ambientación y su elegante acabado visual la convierten en un producto con identidad propia y en una magnífica propuesta

8/10