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fumata2

28 años Hombre
Sevilla

Se unió a mubis el 30 Noviembre 2011

COMENTARIO PERSONAL: "EL EXORCISTA": PERSONAJES ATERRADORES

COMENTARIO PERSONAL: "EL EXORCISTA": PERSONAJES ATERRADORES

3 comentarios

fumata2
fumata2 hace alrededor de 8 años ...

Gracias Mercurymovie, la verdad es que fue una peli que me sorprendió mucho cuando la vi y quería compartirlo con vosotros


Mercurymovie
Mercurymovie hace alrededor de 8 años ...

Muy Buena Reflexión.. Gran Aporte fumata2.


fumata2
fumata2 hace alrededor de 8 años ...

‪#‎Reflexión‬: “EL EXORCISTA": PERSONAJES DE TERROR

En palabras de su director, William Friedkin: «El Exorcista es una parábola del cristianismo, de la eterna lucha entre el bien y el mal».

Bien, antes de empezar, creo que esta historia, para ser entendida, ha de ser situada en su contexto. “El Exorcista” se estrena en 1973, cuando quizás el terror en el cine no estaba en su punto mas alto. Los primeros hitos de este género, representados por los monstruos clásicos de la Universal como Drácula, Frankenstein o el Hombre Lobo (ya algo desgastados) siempre estuvieron enmarcados en el cine en parajes lejanos, grandes castillos, mazmorras y bosques tenebrosos. Lugares, lógicamente, muy separados del calor acogedor y de la seguridad de tu hogar, y eso era algo de lo que el espectador era consciente.
No es hasta estos años cuando surge la idea de coger todo ese mal, todos esos temores e introducirlos en tu casa, donde, hasta ahora, sentías que nada podía salir mal. Esta idea se empezó a desarrollar con la fabulosa “Rosemary’s Baby” (1968) de Roman Polanski (cuyo titulo en español es un spoiler en toda regla), pero que terminó de fraguarse en 1973 con la obra que hoy nos atañe comentar.

El señor Friedkin y el señor Blatty (que escribió tanto la novela como el guión de esta película) no solo supieron introducir el Mal en nuestros hogares, sino que además supieron desarrollarlo de tal manera que pareciera el Mayor de Todos los Males.
Cualquiera con un mínimo de cultura general sabe que el protagonista de esta obra es el Demonio en si mismo, personaje que ha sido representado en nuestra cultura en diversos ámbitos artísticos y casi todos de distinta manera: desde aquella serpiente ancestral agarrada al árbol del Edén, pasando por el ser rojo con cola y cuernos siempre con su tridente, hasta llegar a los mas actuales hombres trajeados y pulcros de mirada impasiva (Al Pacino sabe de que hablo).
Pero no, eso habría sido lo fácil, lo conocido, lo ya visto… eso no asusta a nadie.
Mejor una niña. Un ser inocente, incorrupto, joven y lo transformamos en algo horroroso, corrupto y decrépito. Cuya mirada no se le pueda olvidar al espectador y cuyas voces retumben en sus pesadillas. Sus sonidos guturales, sus cicatrices y sus blasfemias, todos encerrados en aquel pequeño cuarto cuya puerta se nos presenta imponente y difícil de atravesar.
Me es obligado a decir, que todo eso no hubiera sido posible sin una magnifica actriz como Linda Blair, la cual demostró una increíble madurez a sus tiernos 12 años al interpretar a un personaje tan sumamente abominable con una extrema naturalidad.
“Pues a mi la niña me hace gracia” he oído en múltiples ocasiones, lo cual juega mas en mi favor, porque esta representación del diablo no es meramente unidimensional. No es solo alguien jodidamente malvado, sino que quiere ver la desesperación en tus ojos y reirse en tu cara, tras haberla cubierto de un vómito espeso y verde. Ya es bastante asqueroso sentirte aterrado, para que encima venga alguien y te diga que eres un gallina.
“A mi no me da miedo, yo no soy religioso” también he escuchado. Y si, es cierto que en gran medida el terror que infunde este film está basado en la fe religiosa de cada uno, pero eso es algo que su director y su guionista tenían en cuenta y para ello desarrollaron magistralmente unos personajes que cubrieran la necesidad de terror de los mas agnósticos.

El primero es Chris McNeil, la madre de la pobre niña, interpretada (también impecablemente) por Ellen Burstyn.
Se dice que el amor de una madre no tiene limites y por Dios que eso se ve representado al 100% en la película.
Ver que un familiar tuyo está enfermo, ya sea tu hija, tu hermana, tu padre… y no seas capaz de hacer nada para remediarlo, ver como tras horas y horas en un hospital esperando encontrar una solución o una respuesta mientras ese ser querido sufre una prueba diagnostica tras otra es una de las peores experiencias que un ser humano de nuestra era puede experimentar y mas aun si no llevan a ningún sitio. Señores, me gustan mucho las películas, pero también estudio medicina y ver como una película del año 73 expone un tema tan actual como el fracaso y los limites médicos que repercuten y desesperan a familias de hoy en dia no hace mas que ponerme los pelos de punta.

Y el otro es el Padre Karras, interpretado por Jason Miller. Lo de este hombre es espectacular porque nos ofrece un personaje que se coloca en el punto medio entre ciencia y religión. Un sacerdote católico, graduado en psiquiatría en una gran universidad americana, que es incapaz de ofrecer apoyo religioso o médico a sus prójimos porque seria incapaz de decidir entre ambas partes de su ser. Personaje al que le atormentan todas las decisiones que toma o que no ha querido tomar. Verte lastrado por tu falta de valor, de tus capacidades, de tomar cartas en el asunto es un miedo que todos sufrimos y que desemboca en ese pesar y en ese remordimiento que nos acompaña el resto de nuestra vida.

Todavía no hemos hablado de la contraposición, del Bien que se enfrenta a la amenaza del mal en esta película, y este está presente en la figura del padre Merrin. Me parece curioso su planteamiento, porque podrían haber elegido un icono mas potente visualmente, pero decidieron que fuera un anciano, con sus amplias debilidades, que vive alejado de los centros urbanos, como un ermitaño, dedicándose a la meditación y a la búsqueda de reliquias que evoquen lo que fuimos anteriormente. Pero, pensándolo mejor y reflexionando acerca del papel del Bien en nuestra sociedad actual, no parece tan descabellado este enfoque.
Como veréis, “El Exorcista” posee un desarrollo de personajes digno de admirar, del que podríamos hablar durante siglos, pero no solo de eso vive esta leyenda. Si bien una de las mayores virtudes que tiene el film es la creación de atmosferas. El manejo de la iluminación y el uso de las sombras contribuyen a la formación de imágenes que rozan lo simbolico. El sonido y la música son ambos de matricula de honor. No es por nada, pero el uso casi subliminal del zumbido de abejas que acompaña a numerosos fragmentos de la película para aumentar la tensión y la angustia del espectador, me parece una genialidad en si misma. Y el tener un tema central como el “Tubular Bells” es algo de lo que no muchas producciones de terror puedan presumir.
El colar imágenes de esa horrible cara cadavérica del diablo cada dos por tres (y, muy importante: sin aumentar el volumen del sonido) no hace mas que sugestionar al espectador e infundirle en él el terror lentamente, como si de una inyección se tratase.
Se ha hablado mucho de los efectos especiales de “El Exorcista”, pero tras un segundo visionado y tras haber visto los diversos making off de la película, uno se da cuenta de que quizás no es tanto el efecto especial en si mismo, sino la maestria que tuvieron al saber disimularlos . Estoy seguro que mas del 80% de la gente que ve la película por primera vez no es consciente de que el padre Merrin está interpretado por un joven actor al que envejecieron con maquillaje, porque cuando uno ve esta película se introduce de tal forma que no está lo suficientemente atento a los detalles, debido a la máxima tensión a la que es expuesto. Es fácilmente comparable con el arte que tiene un mago al ejecutar correctamente un truco de magia.

Otras proezas como sorprender a los actores con reacciones imprevistas de otros (si, la cara del padre Karras cuando Regan le vomita en la cara, es real, él no se lo esperaba), abofetearlos para conseguir mejores interpretaciones o colgarlos con arneses poco seguros que causaron múltiples lesiones en la columna de varios del reparto, son bestialidades hoy en día inconcebibles, pero quizás necesarias para elaborar una obra maestra como esta.

No diré que es una gran película de terror, porque eso seria quedarme corto. “El Exorcista” es una gran película en general, que a diferencia de las producciones actuales que nos presentan personajes simples en situaciones terroríficas, esta decide presentarnos personajes verdaderamente terroríficos en situaciones simples.
A los que no la hayais visto os la recomiendo y a los que ya la habéis visualizado os invito a que la redescubrais. Es cierto que el terror no es una experiencia disfrutable por el ser humano, pero cuando es tratado de una manera tan eficiente como esta, es imposible no hacerlo.


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