Anubis

Gracias Angel ;)

Viniendo de un maestro de la palabra como tu Alfonso LG es un placer que leas estos post y te gusten.

No tenía duda Alfonso que siendo del maestro Ford te iba a resultar interesante. Si Jose H, es el resultado de la excelencia ganada con el paso del tiempo.

La magia del cine de Ford es única Riobravo59. Gracias por pasarte. Me encanta ese avatar tan representativo de su cine.

Gracias por el aporte Hawks, a ver si se encuentra algún día.

Nada Trek! siempre es un placer verte en cualquier lugar donde la palabra "western" haga aparición. Me animaré más adelante con alguna de las joyas mayores de Ford ;)

Gracias Anubis!!

En mi caso, es una película que me gusta mucho pero prefiero muchos otros westerns de Ford antes que este.

La duración original era de 170 minutos, pero los productores cortaron la película después del preestreno. Los 15 minutos que faltan no se han encontrado (todavía).

A mí me encanta, no es redonda pero tiene algunos de esos momentos mágicos que sólo tiene el cine de Ford. Qué gran manera de acabar su carrera, con ésta y con Siete Mujeres.

Una obra "menor" de Ford es la obra maestra de cualquier otro director.

Joder, una película menor de John Ford como se suele catalogar, para mi otra casi obra maestra del grande, del único, del menor director de la historia, con una fotografía como siempre es en el gran Ford preciosa y quizás a mi lo que más me chirría sin alguna interpretaciones, como ese James Stewart que pasaba por ahí o un sal mine aue creo que no está a la altura, que decir, para mi otro peliculón de Ford pero claro yo no soy equitativo con Ford, cualquier cosa de él me encanta.
Grandísimo post compañero.

Muy buen post, Anubis. Ha sido un placer leerte :)

Todo un clásico, un gran aportazo Anubis.

“Cheyenne Autumn” -El gran combate- (1964, John Ford) por Anubis.

“El alba de un nuevo día. 7 de septiembre de 1878. Amaneció como cualquier otro día en la reserva de los cheyenes en aquella tierra inmensa y estéril del suroeste americano en la que entonces se llamaba Territorio Indio. Pero este no era simplemente otro día más para los cheyenes. Lejos de su tierra natal, tan desplazados en este desierto como águilas enjauladas, sus tres grandes jefes, rogaban ante el sagrado símbolo de "Jefe de Jefes" que al fin fueran cumplidas hoy las promesas que el hombre blanco les hiciera cuando les trajo aquí hacía más de un año. Promesas, que les habían hecho abandonar su modo de vivir en sus tierras verdes y fértiles a 2.000 kilómetros al Norte”.

Basada en un hecho real, cientos de cheyenes buscaban volver a ese hogar del que desertaron obligados por un hombre blanco que se erige en la cinta como el villano principal, con la caballería (antes gloriosa y heroica) de punta de lanza en su persecución. Una larga marcha que pondrá la tenacidad y el orgullo de un pueblo a prueba de aquellos que veían con malos ojos todo lo asociado a unos habitantes que tenían más derecho que ninguno a unas tierras que habían cuidado y apreciado durante años. Un éxodo en el que no nos es difícil empatizar con esas familias que pasan penurias, donde la arena y un sol abrasador les acoge como hijos propios.

Los libros “La última frontera” (Howard Fast, 1941) y “Cheyenne Autumn” (Mai Sandoz, 1953), sirvieron de inspiración y guía para que John Ford (o Natani Nez -Líder Alto- como apodaba con respeto el pueblo Navajo), saldara en 1964 con su último wéstern esa deuda pendiente con los primeros pobladores y dignificara sus costumbres y modos de vida, mostrando la persecución y vileza con la que se trataron a las tribus nativas por parte de los colonos americanos. El director le dijo a Peter Bogdanovich (quién visitó el rodaje) sobre el filme:“Hay dos lados en cada historia, pero quería mostrar el punto de vista (de los indios) para variar. Seamos realistas, les hemos tratado muy mal. Es una mancha en nuestro escudo. Hemos engañado y robado, matado, asesinado, masacrado y todo lo demás. Pero matan a un hombre blanco, ¡y Dios! Salen las tropas”.

Un estoico Richard Widmark (leyenda del género) encabeza el reparto y aporta la nobleza e integridad que sobresale ante las opiniones del Capitán Wessels (un Karl Maden que siempre daba brillo a sus personajes). También tenemos un escaso en minutos Edward G. Robinson (quien rodó su papel al completo en interiores) siendo la cara visible del gobierno como Secretario del Interior. Y es que no es hasta su mitad cuando aparecen -de forma fugaz- nombres como John Carradine, Arthur Kennedy o James Stewart interpretando a Wyatt Earp en una escena de interludio en Dodge City tan divertida como innecesaria para el desarrollo de la trama y que resta más que sumar a la seriedad mostrada durante el resto del metraje. Habrá quién catalogue de poco ética la incorporación de actores mexicanos a algunos papeles importantes cheyenes pero consiguen aportar verosimilitud a los mismos (el actor Gilbert Roland -Dull Knife- logró una nominación al Globo de Oro por su papel). También destaca un joven e impetuoso Sal Mineo -Red Shirt- que no dice palabra alguna en inglés debido a su marcado acento.

Con gran música de Alex North y bellamente fotografiada en Súper Panavision 70, su director (que ya contaba con 69 años) seguía mostrando que era uno de los maestros absolutos del género y logra crear preciosos encuadres y escenas de recuerdo (parco en palabras, sus historias en los sets y la enfermiza meticulosidad de la que hacía gala son ya leyenda). Quizás, en su mensaje de denuncia se muestra demasiado blando pero en ocasiones aparece claro y conciso (la crueldad de unos vaqueros con unos indios que solo buscan llenar el estómago con algo de comida, es bastante explicita). También podemos ver como la prensa de la época falseaba noticias para criminalizar y servir de cuento de terror que contar a los niños y agitar a las masas. La historia es un merecido lavado de imagen para esas tribus y es el papel de la maestra cuáquera Deborah (Carroll Baker) el que sirve de unión pacífica y armoniosa de dos mundos distintos.

Los años 60 traían savia nueva al género con la llegada del spaghetti western o nuevos autores americanos (Sam Peckinpah, Monte Hellman...), y poco a poco se iba perdiendo esa visión contemplativa y clásica de un mundo ya desaparecido. Rodada mayormente en Monument Valley (paisaje eterno y emblemático que John Ford utilizo como ningún otro en el cine) sirvió de despedida y testigo de la obra del director que tantas veces grabo allí. Puede que su última joya en el género fuera dos años antes con “The Man Who Shot Liberty Valance” pero sin duda y a pesar de sus defectos, “Cheyenne Autumn” es un más que digno epílogo melancólico a una historia de asociación entre un autor inmortal con aquel salvaje y magnífico lejano oeste que tanto nos hizo soñar a muchos.

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Imágenes del filme y la producción:

https://www.gettyimages.es/fotos/cheyenne-autumn-1964

Dónde ver y ediciones Blu-ray:

Actualmente no se encuentra en ninguna plataforma de streaming. Tampoco ha sido editada en alta definición por lo que sus ediciones en DVD siguen siendo la única opción en formato físico.

Curiosidad:

El actor Marlon Brando (muy concienciado por los derechos de las tribus indias) tachó la película de racista y no le gustó nada que no se culpase con más vehemencia la persecución e injusticias cometidas por el gobierno a los nativos. Años mas tarde, lograría el Oscar por su papel en “El Padrino” y mandaría al escenario a una activista por los derechos indios dándonos una de las imágenes más recordadas de la gala de premios.

Banda sonora:

https://www.youtube.com/watch?v=l_j6dqUMe1M&ab_channel=SoundtrackFred

Otros wésterns:

-Duel in the sun (1946, King Vidor).

https://www.mubis.es/comunidad/anubis/fotos/cineclubmubis-duel-in-the-sun-duelo-al-sol-1946-king-vidor

-Great Day in the Morning (1956, Jacques Tourneur).

https://www.mubis.es/comunidad/anubis/fotos/cineclubmubis-great-day-in-the-morning-una-pistola-al-amanecer-1956-jacques-tourneur-1