Alfonso LG

Jejeje, buen relato Alfonso, me siento identificado, yo haría lo mismo :)
Unos steel maravillosos, pero el de Casino ya podría haber sido algo mejor el frontal.
Yo he hecho una escapada fugaz a Fnac Callao y ha sido terrible (Jujutsu Kaisen Temporada 2 A4, Ghost In the shell coleccionista y volúmenes 1 y 2 de Saint Seiya).
Me da ganas de meterme en la cama y taparme hasta arriba, no quiero saber nada más de compras, Selecta me arruina, a recolocar media casa ahora para guardar todo eso :(

Barry Lyndon es arte pero de verdad, Ran. Tengo unas ganas de verla y quedarme dormido con mi manta… jajaja (es broma)

Es que el de "Barry Lyndon" es una preciosidad. Una película de esa calidad no se merece menos. El de la peli de Burton también me gusta mucho.

Una gran selección ;)

Ese steelbook de Barry Lyndon es el que más me gusta de los de la foto, Trek. Sobre el de Casino, habría preferido otro diseño, pero es una película que me fascina. Top cinco de Scorsese para mí.
En mi pueblo también está nevando, al ser de alta montaña nieva siempre qué diablos, así que justo ahora es cuando más apetece comer castañas al horno ;)

Rafiki ya decía yo que era raro que siempre me levantara con los pelos de punta jajaja

Madre mía!...89 post de variedades metálicas, y tengo yo unas 20 nada más. Ten cuidado con los campos electromagnéticos y con los imanes que puedes tener un disgusto, ja, ja, ja

Quiero ese steelbook de Barry Lyndon, me encanta con esos relieves y el cartel original, el resto tengo, siendo todos ellos correctos (tampoco mucho mas) y el de Casino no, porque, personalmente, no me gusta.

La foto infernal, ahora que por aquí está nevando, muy bonita :)

La noche anterior no había pegado ojo. Llevaba todo el año esperando este acontecimiento y tenía dinero para quemar. Hoy era el día. Cada poco refrescaba la página en busca de mayores descuentos. Había entrado de lleno en la semana del Black Friday.
“Cuarenta películas en el primer cuarto de hora. Sesenta en medio día. Cien en un día. ¡Mil, pronto! ¡Y quién sabe lo que vendrá después, tal vez una mujer que me quiera… pero me conformo con un señor de Albacete que sepa cocinar y al que pueda gritar!” exclamó gozoso con los ojos casi saliéndosele de las órbitas. Al acabar el Black Friday había conseguido la fascinante cifra de cuatrocientas cincuenta y tres con siete ediciones. “No he llegado a mil pero tampoco está nada mal. Ahora a ver dónde coño meto todo esto” suspiró orgulloso pero ciertamente preocupado al ver la torre de películas que llegaba hasta el techo.
Durante dos días con sus cinco noches estuvo tratando de buscar hueco aquí y allá, pero más de la mitad aún seguían sin colocar. “Dios, tendré que deshacerme de la cama para tener espacio… no, mejor no, que me quedo sin la sala especial de pajillas. Mejor saco toda la ropa del armario y la dejo encima de la lavadora y así me ahorro viajes…” iba diciendo mientras sacaba las camisetas negras de Star Wars y Juego de Tronos. “Aquí caben unas cien. Pero me sigue faltando espacio. ¡Daría lo que fuera por tener más espacio!” gritó desesperado.
De repente un PLOF como los del mago Pop, con humo y chispas, apareció frente a él. Un ser extraño se fue mostrando entre la humareda…
-Buenas tardes, amigo coleccionista. He oído que necesitas un poco más de espacio para tus apetitosas em… lo que sea
-¡El diablo! ¡Coño que sí, tienes mi alma si me das más espacio, vamoooos!
-Jodó… ¿no vas a tratar de negociar o al menos a asustarte un poco?
-Quemedehe, ¡quiero espacio y lo quiero ya!
-Está bien, pero antes firma aqu… ah, vale, bonita firma pero la próxima vez deja que termine de hablar
-¡Espacio! ¡Más espacio! ¡Y gofres! ¡Quiero gofres!
-Como desees…
Y desapareció en una sonora carcajada y entre el mismo humo que le presentó…
-¡Espera! ¿Dónde está mi espacio? ¡Quiero mi espac…!
No pudo terminar la frase porque empezó a sentir un dolor indescriptible en el estómago. Un dolor que le hizo caer de rodillas y que provocó que comenzara a vomitar sin control. De su boca comenzó a salir sangre, trozos de carne y cosas gelatinosas que inundaron todo el suelo de la habitación. Ahí no acabó el tormento pues le siguieron las tripas, una a una derramándose por su boca desencajada. Sus ojos se giraron hacia dentro dando el aspecto de haberse vuelto blancos. Tras vomitar los pulmones, intestinos y demás órganos le tocó el turno a los tendones y huesos. Tras semejante orgía de dolor y caos aún seguía vivo, consciente, lo cual era imposible. Su cuerpo ahora era un saco de piel vacío. Un vacío que había que llenar. Así pues, una a una las ediciones fueron entrando con su boca quedando alojadas en el interior del pellejo vivente. Entraron todas hasta estirar la piel al máximo. Él seguía vivo porque el contrato firmado le otorgaba vida, aún en esas condiciones, durante los mismos días que había durado el Black Friday.
No podía gritar, ni moverse, pero al menos pasaría el resto de sus (pocos) días con lo que más amaba…