Alfonso LG

Tocayo, tú ya sabes que yo compro estas cosas para aparentar, merezcan o no la pena. La verdadera razón es la gloria imperial. Disponer de estas ediciones me da pooodeeeer iliiiimiiitaaaadoooooo, Anakin, iiiiiiliiiimiiiiiiitaaadooooo.

Muy buena esa variedad metálica en singular, solo merece la pena la gran arma letal, jejejeje
Las otras pasando de muy largo..
Yo por un steel no vendo mi alma, pero por alguna peli para que editasen vete tú a saber, jejejeje
Por nada del mundo doy mis recuerdos

No tengo ni idea de dónde está el almacén de ese tipo, Jack. Pero lo que sí me gustaría es entrar en el almacén de Arvi para ver cuántos steelbooks sacan de verdad al mercado y cuántos van para especular. El steelbook de “Los pecadores” ha sido el más fugaz de todos los que han sacado hasta la fecha, ni dos minutos duró la preventa en Fnac y ECI. Arvi es una desgracia continua y no mejoran ni aprenden de sus errores. He tenido, otra vez, que acudir a Amazon Italia.

No habrás estado en el almacén de Resen cerca del aeropuerto y se te ha ido la imaginación un poco????
Estos steels son mellizos. El de Arma letal me tiene que llegar de Italia que se reservo muy baratito.
Novocaine la disfrute en el cine y tiene su punto aunque hay un par de escenas un poco desagradables jejeje.
Y yo por circunstancias me estoy intentando contener pero esos packs de Pesadilla y Connery me están tentando mucho....

¿Una Puella Magi? Jaja mira que te complicas la vida.
Pues sí que me gusta todo, la verdad. A veces me lo paso mejor viendo una marcianada que un clásico atemporal. Algunas películas se me atragantan o se tuercen y soy incapaz de verlas. Las pauso y trato de verlas un tiempo después. La última vez que me pasó fue con Visitante (2021)

A ver... tiroreos, muñecos cuadrados, enanitos, terror, el Mickey ese que no sé quien es.. Alfonso!!!! no te puede gustar todo!!!! tu cabecita se puede formar un lío tremendo!!! :)
(Y te lo dice alguien que vive con una espada láser en la mano, el martillo de Thor en la otra, una bola de dragón colgada del cuello y que está enamorado de una Puella Magi).
Grandes metales! a disfrutarlos! :)

Larga vida al metal, Tokyo76. La de Arma letal la esperaba hace mucho, ojalá editen las secuelas así. Si lo hicieron a lo grande con Batman & Robin (aunque aquí no llegó) por qué no las de Arma letal ;)
A mí la ilusión me la ha dado reservar hace un par de días el cofre metálico con los steelbooks de la saga Pesadilla en Elm Street :O

mikehook, los voy a meter en el congelador y me los voy a poner encima. No es que haga calor aquí donde estoy, es que los peces piden salir del agua porque les quema jaja

Fresquita ensalada de verano.

Larga vida al metal,sobre todo el de Arma letal. Esa y la del último verano me han hecho algo se ilusión.Las demás me han dejado división de opiniones....Tendre que pasar por la tienda del tal Tuk,ja,jaja

En una pequeña ciudad donde las tiendas físicas eran ruinas de otro tiempo, un coleccionista de películas descubrió un local oculto entre callejones cuyo nombre le produjo un orgasmo 3D: “Ediciones Eternas Insensato Tuk”. Dentro, el polvo cubría estanterías repletas de steelbooks de versiones nunca lanzadas, con arte exclusivo, inclusivo y repulsivo, además de relieves que parecían palpitar bajo la luz tenue. Y todo olía a vela, como las iglesias antiguas y solemnes, esas en las que al entrar en verano piensas “uff qué bien, aquí dentro hace fresquito”.
El encargado, un hombre de traje rojo y sonrisa afilada, le ofreció un trato:

-Uno por cada recuerdo valioso -dijo, tendiéndole un steelbook de Arma letal con cubierta de obsidiana y letras doradas que no existía en ningún catálogo. Además incluía sonido triple Atmos, Dolby Vision HDR, HDP y HDLGP.

El coleccionista aceptó. Por cada steelbook que le mostraba iba entregando recuerdos: su primer beso, la risa de su madre, el puto olor del perro cuando se mojaba, el primer cadáver inconcluso... Al final obtuvo joyas cinematográficas selladas en metal que ningún otro coleccionista tendría nunca. Y cuando digo nunca es ¡JAMÁS!
Cuando por fin llegó a casa, colocó su nueva colección en las estanterías. Perfecta. Tocable. Onanista.
Pero al mirarla… no sintió nada. Solo un vacío pulido, como el reflejo de su alma ausente.
En el callejón, el Diablo cerraba la tienda por ese día.
Al siguiente, vendría otro cinéfilo en su agónica búsqueda de la edición perfecta y el negocio seguiría siendo diabólicamente productivo…