Neo33

Gracias a todos,me alegro os haya gustado. Jmrs,a mi me gusto al verla, y hoy me gusta aun mas. Creo que sera un clásico con el tiempo.

te animo a compararla con su guión original Neo: http://www.mubis.es/comunidad/aitz/fotos/os-explico-el-guion-original-de-interstellar-corregido

Gran crítica y peli, es muy buena, pero no llega al nivel de Origen bajo mi humilde opinión. Origen me atrapó más, el guión era increíble.

Christopher Nolan es un artesano de lo visual. Baste con visionar películas como Origen (Inception, 2010) o la trilogía del Caballero Oscuro para confirmarlo. Pero, pese a su dominio sobre los componentes imaginarios, tiende a dotar de sus historias de un trasfondo humano, que a veces queda opacado por su despliegue visual. Si en Origen su protagonista, Cobb, vive literalmente en un mundo de sueños, en la mente de otras personas, nunca deja de lado sin embargo de pensar en el verdadero leitmotiv de su lucha, que no es otra cosa que su esposa fallecida años antes por su culpa, y ese sentimiento lo atormenta y le hace buscar una cierta redención a través de su propio universo imaginado. No obstante, el espectador de Origen saldrá del cine no preguntándose por el tema de la redención, sino por la cuestión de “¿qué significa el giro de la peonza del último plano?”. En Interstellar, sin embargo, Nolan se despoja de gran parte de su imaginario visual, como luego indicaré, y se centra mucho en el componente humano de la historia, aquí ya sin tapujos ni enmascaramientos, más allá de la propia odisea espacial que nos propone a lo largo de sus 169 minutos de duración.
Interstellar nos muestra una Tierra en el futuro, donde los recursos naturales se están terminando, y la humanidad está abocada a un fin lento y agonizante. Con un sistema social bastante en decadencia (ver la secuencia de la entrevista con los profesores en el instituto), al ser humano solo le queda esperar su propia destrucción, accionada en gran parte por su propia naturaleza, y su mala gestión de los recursos del planeta. Nolan no se detiene en mostrarnos ese planeta en franca cuesta abajo, algo que otros muchos directores no dudarían en hacer con multitud de efectos digitales (Roland Emmerich, sin ir más lejos). Cooper, un antiguo probador de la NASA, vive todo lo plácidamente que el nuevo sistema le permite como granjero, en tanto que la carrera espacial hace tiempo que supuestamente fue abandonada. Y es supuestamente porque, en secreto, se está llevando a cabo un plan de emergencia para salvar a la humanidad: mandar exploradores a los rincones del cosmos buscando un planeta habitable para la especie humana. Pero dos son las cuestiones que Jonathan Nolan desarrolla en el guión que destacan por encima del resto. De un lado, evidentemente, la epopeya espacial que llevará a Cooper al otro extremo de la galaxia y, de otro, el impacto emocional que acarrea dicho viaje que, como veremos, no es para nada simple.
El personaje de Cooper está bien construido, interpretado por un Mathiew McConaughey en estado de gracia desde Dallas Buyers Club (Id., 2013), y le aporta una carga dramática muy intensa en los momentos que lo requieren. Las secuencias en las que ve los videos de sus hijos ya mayores desde la nave espacial son merecedores de una nueva nominación al Oscar. Cooper deberá hacer frente a una gran pregunta: ¿debe abandonar todo lo que quiere, a cambio de tener una oportunidad de salvarlo? Esa es la gran cuestión de Interstellar, hasta dónde seríamos capaces de llegar por amor. Si, porque todo en el mundo lo mueve el amor, ya sea desde el punto de vista físico o desde un punto de vista puramente emocional. Cooper se embarca en la odisea sin saber muy bien hacia donde se dirige, ni siquiera si tendrá éxito, pero sabe que debe intentarlo o de lo contrario sus hijos, y por extensión la raza humana, están condenados. Por el contrario, él puede perder la vida en el envite o, lo que es peor, al viajar a través de los agujeros de gusano espaciales, viajaría en el espacio-tiempo, para volver a una Tierra futura donde los años pasan para todos, menos para él mismo.
Todo ello envuelto en una estética galáctica menos virtuosa de lo que cabría esperar en un principio, donde prima el realismo a la espectacularidad. No en vano, no escucharemos nada cuando la cámara se sitúe en el espacio profundo, algo que chocará al espectador que espere explosiones al estilo Star Wars, pero recordemos que en el espacio no se transmite el sonido, asi que el silencio ensordecedor será la premisa realista de la cinta de Nolan.
Interstellar fue en principio un proyecto de Steven Spielberg, y creo que eso al final ha pesado en el guión, y podemos rastrear alguna huella que otra dejada por el director de La lista de Schindler. Más allá de la presencia o no de extraterrestres en el film (dejaré eso para que sea descubierto por el espectador por si mismo), considero que la huella del cine spielberiano está incrustada en la idea transversal del film: la familia. Todo en el cine de Spielberg se centra en la figura familiar, en las relaciones padre e hijos (la infancia del propio Spielberg como trasunto de todo ello, plasmada en sus películas a modo de proceso catárquico) y ello se deja ver en el guión final de esta Interstellar de Christopher Nolan. ¿Habría sido una película diferente sin el toque inicial de Spielberg? Seguramente, pero no cabe duda que el resultado final es todo lo placentero que cabría esperar, donde el espectador adulto saldrá muy satisfecho de la sala de cine, con la sensación de que, por una vez, el precio de su entrada ha merecido la pena, y ya forma parte de ese universo infinito, donde el espacio-tiempo se pliega y deja al ser humano a las puertas del infinito donde, alguna vez, tendrá que volver.