Daxtter

¿Y las típicas (y típicos) que cuando sale un tío bueno empiezan a gritar? Yo a mi corta edad, creo que he sufrido de todo en una sala de cine...

A mi lo de las patadas en el asiento no es algo que me "moleste" tanto, cuando es algo muy ocasional porque el espectador de atrás haya cambiado de postura o algo... pero a mi novia si que le joden bastante y realmente, en algunos cines la culpa no es tanto de la gente si no del propio cine que tiene las butacas muy unidas entre las filas casi sin dejar hueco para poner los pies (mas aun para los que somos altos, y queremos evitar que los de atras no puedan ver la película en condiciones, intentamos ponernos lo mas agachados y tumbados en el asiento posible).
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Cada ez miro mas el tipo de cine que voy por este motivo, y tambien el horario de las seiones, para poder encontrarme a los menos niños posibles (sobre todo si voy a ver alguna tipo Spiderman) y los menos viejos posibles. Porque que quereis que os diga, pero mucho criticar a la "juventud" pero luego en un cine los que rondamos los 30 años creo que somos los que mejores nos comportamos (quitando a algun estúpido como siempre con los móviles).

El otro dia fui a ver Divergente y habia unas niñas riendose y me sento muy mal.

Estoy seguro de que a todos os ha pasado. Estáis ansiosos por ver una determinada película, de la que lleváis meses viendo póster, trailers, clips, etc.. ¡Ya llegó ese día! Te encuentras en tu butaca, todo está listo para disfrutar del espectáculo, se apagan las luces, comienzan los trailers y... te das cuenta de que te han tocado uno o varios sujetos dispuestos a todo menos a ver la película...

Os voy a describir los síndromes que padecen algunos de estos ¿espectadores? que, por desgracia, acuden a una sala de cine.

1.-El síndrome del politono

movil¿Cómo es posible que a día de hoy todavía sigan sonando móviles en un cine? Vale, a todo el mundo le puede pasar una vez: se te ha olvidado ponerlo en vibración, pensabas que lo habías apagado, se te ha activado solo en el bolsillo... pero el colmo de los colmos es que te llamen y... ¡¡CONTESTES!!

¿De veras no puedes esperar a que termine la película? Si estás esperando una llamada tan urgente... ¿qué narices haces en una sala de cine?

2.-El síndrome e-Social

Algunos dicen que las redes sociales han hecho mucho daño a la sociedad, pero no tanto como a las salas de cine. ¿De verdad nadie puede estar 90 minutos sin ver su twitter/facebook/whatsapp?

Y no penséis que lo miran disimuladamente con la pantalla lo más pegada al pecho para no molestar al de atrás, con el fogonazo de luz que mete un móvil a oscuras, no señor, ¡¡que se vea que tengo un iPhone/Samsung/Sony...!!

3.-El sindrome "Manolo Lama" (comentarista)

¿De verdad te crees que ese amigo/pareja/novio/novia que te acompaña, es tan tonto que le tienes que ir contando la película a medida que van transcurriendo los hechos en la pantalla? Pues parece que sí.

El llamado "síndrome Manolo Lama" es muy habitual en los cines, y consiste en que durante toda la película tendrás una voz en off comentando todo lo que va pasando en la pantalla, gracietas incluidas. En una ocasión, ya harto del que lo hacía, me giré amablemente para pedir por favor que cesara de narrarme la película. Aquel chiquillo no salía de su asombro al escuchar mis palabras, y dijo totalmente convencido de que lo que hacía estaba bien: ¿Es que no podemos comentar la película?. Acto seguido volví a sentarme convencido de que este síndrome no tiene cura.

4.-El síndrome "Sherlock"

Este problema suele darse normalmente en combinación con el anterior síndrome. En esta ocasión, no se trata de un tipo que comente la película, sino que se dedica a anticipar los hechos. El tío se cree Sherlock Holmes y por supuesto piensa que es más listo que su compañero de visionado. Se dedica a revelarle lo que él -que es más listo- ha descubierto y el otro no.

Por supuesto que no lo hace con un susurro, sino en un tono que escuchan varios espectadores a su alrededor. ¡Qué listo que eres majo!

5.-El síndrome del snack

Sé que los cines están tan desesperados por ganar dinero, que ya les da todo igual, incluso te venden cualquier golosina, snack, etc. independientemente de lo molesta que resulte en una sala. Las palomitas, pese a que hacen ruido, son poco molestas, entre otras cosas porque nos las dan en una caja de cartón que no hace ruido al meter la mano.

Sin embargo, hay algunos que prefieren traer los snack de lo más molestos (kikos, patatas, etc) con sus ruidosas bolsas de plástico. Es curioso que todos ellos cuando las ingieren, parece que se les ha caído algo dentro de la bolsa y no lo encuentran, y mueven y mueven su mano dentro de ella sin importar el ruido que generan... ¡hasta pipas ha sufrido un servidor en una sala de cine! clac clac clac... ¡Vete al parque!

6.-El síndrome prematuro

A todos nos gusta de vez en cuando ver alguna película con tintes infantiles, más que nada porque muchas también están preparadas para que disfrute de ellas un público nostálgico. Pero por favor, papás, hay niños que aún no están preparados para estar 80 minutos sentados en una sala de cine. Sabemos que los niños son muy dulces y son intocables pero ¡¡un poco de consideración!! Ver niños corriendo, levantándose, preguntando cuándo se acaba o continuamente saliendo al servicio no es agradable.

PD: Ni se te ocurra mandar callar a un niño... podrías ser apaleado en plena sala..

7.-El síndrome tardón

¿Como se puede entrar 15 minutos tarde a una sala de cine? Es decir, yo no concibo ver una película que ya lleve 15 minutos proyectados. Pues los hay que sí, y que además hacen levantarse a filas enteras de espectadores, que a su vez molestan a los de detrás que no pueden ver hasta que no se vuelven a sentar.

La culpa es del dueño del cine, si tuvieran un poquito de amor por el séptimo arte, indicarían que NO SE PUEDE ENTRAR EN UN SALA CUANDO HA COMENZADO LA PROYECCIÓN. Pero claro, el dinero es el dinero.

8.-El síndrome del masca

mascasEste ya es el borrico que ha entrado en una sala de cine a todo menos a ver la película. Se ríe, da patadas al asiento delantero, se mete con la madre de alguno de sus amigos, pone los pies encima de la butaca delantera si no hay nadie (pese a que al lado sí que lo hay), etc.. Además es un matón, y si le mandas callar te vacila y agrava su incordio.

Estos sujetos son el claro ejemplo de que en una sala de cine, desde hace años, nos falta algo: UN SEÑOR ACOMODADOR.

Estos síndromes no son ninguno sinónimo de gente joven, hay casos de todos los sexos y edades. Seguro que más de uno de vosotros los ha sufrido e incluso habrá descubierto nuevos diagnósticos. Esperamos vuestros comentarios y, de verdad, si sufrís alguno de estos síndromes mencionados, ponedles remedio...
por Abandomoviez