Ben Shockley

Todavía me sigue pareciendo una de las mejores persecuciones de la historia. Es muy difícil de igualar toda esa secuencia. Una gran película con un impecable McQueen.

Gran post, Ben Shockley.

Porque nunca se ha fabricado un coche más bonito que ese.

Cuando las cosas se hacen bien y se implican para que seas así, al final se cruza la barrera del tiempo. Un magnífico análisis Ben Shockley.

Gran escena, mítica de esta gran peli.

Gracias por el aporte, Ben Shockley. Es una gran película y la escena es brutal. Me han entrado ganas de volver a verla.

El cine de acción y los automóviles han ido de la mano desde tiempos inmemoriales, aunque sin duda, hay un antes y un después de 1968, año del estreno de Bullitt, la famosa película protagonizada por Steve McQueen que ha vuelto a estar de actualidad gracias a la presentación de una edición especial 50 aniversario del Ford Mustang que la recuerda presentado en el salón Auto Show de Detroit 2018. Y es que fue precisamente un Ford Mustang GT-390 de color verde oscuro el que protagoniza la que todavía hoy es considerada por los verdaderos amantes de los automóviles como la mejor persecución de coches de la gran pantalla de todos los tiempos (Fast & Furious en aspectos automovilísticos es ciencia ficción).

El 'muscle car' de Ford es conducido por el propio Steve McQueen, que es quien encarna al teniente Frank Bullitt. Éste demuestra todo su buen hacer al volante tratando de dar caza a un Dodge Charger de color negro, del año 68 como el Mustang, en el que circulan dos asesinos a sueldo. El escenario de toda esta trama lo encontramos en las calles de San Francisco, California (Estados Unidos), una localidad que en la cinta da una sensación de estrechez y angustia de lo más curiosa si tenemos en cuenta que en realidad es todo lo contrario. Además, las calles de la misma con sus brutales pendientes hacen que la espectacularidad de la persecución suba muchos enteros.

Varios ingredientes confluyen para convertir la secuencia en icónica.

Hasta ese instante, todas las persecuciones cinematográficas daban suma importancia a los gestos y diálogos de quienes conducían e iban inexorablemente siempre acompañados por alguien en el asiento de copiloto, intentando transmitir a través de la actuación la tensión e intensidad del momento; como mucho, el sonido estridente de algún derrape o frenazo servía como ambientación. En Bullit, las palabras son reemplazadas por el rugido ensordecedor de los motores, algo que no se había oído nunca, al menos con la potencia con que se manifiestan en ésta película. La única interactuación entre los actores, són los rostros impasibles de los asesinos que van el Dodge Charger y el semblante imperturbable de Bullitt alternando planos.

El factor que decantó a McQueen a dar vida a su personaje, fue la lectura de la escena de la persecución en el guion que le hicieron llegar los productores. Sobradamente conocida es la pasión que sentía el actor por los autos, las motos y la velocidad en general. Cuando manifestó sus ansias de rodar la escena, le dijeron que no hacía falta, que la Warner tenía un equipo de grandes especialistas que lo harían de maravilla. McQueen montó en cólera y hasta que no se modificó su contrato haciendo constar específicamente por escrito que él personalmente iba a grabar la secuencia, se negó a iniciar el rodaje de la película.

Precisamente, poder observar en pantalla como es el propio actor quien está al frente del volante conduciendo de verdad, pisando los pedales, cambiando las marchas y no en un coche estático sobre un fondo proyectado en movimiento (truco habitual para no poner en riesgo la vida de las estrellas de cine hasta ese instante), dotó las escenas del realismo que siempre había faltado en ese tipo de acción.

En una toma, el vehículo de los perseguidos tenía que adelantar a otro por la derecha pero éste a su vez se desplazó un poco, haciendo que chocasen lateralmente e impulsando al coche de los asesinos contra el guarda raíl de la carretera; sólo la pericia del especialista que conducía evitó una tragedia. El positivo desenlace de tan peligrosa acción hizo que se incluyese en el montaje definitivo, lo que dio aún más vivacidad a toda la secuencia.

Si todavía queda alguien que desconoce cómo acaba la persecución de coches entre el Ford Mustang y el Dodge Charger, no sabe lo que se está perdiendo porque se trata de una de esas películas de culto que todo aficionado al cine -no solo a los coches- debería ver. El guión se basa en la novela Mute Witness -Testimonio Mudo- de Robert L. Fish, escrita en 1963. Éste fue adaptado al cine cinco años más tarde por Alan Trustman y Harry Kleiner, siendo dirigida por Peter Yates, mientras que su popular banda sonora fue responsabilidad de Lalo Schifrin.

Aunque pueda saber a poco teniendo en cuenta su repercusión con el paso de los años Bullitt ganó un Oscar al mejor montaje, que fue obra de Frank P. Keller, quedándose a las puertas de lograr también el de mejor sonido, premio para el que fue candidata. La película forma parte del archivo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, quedando para la posteridad como la obra de arte que es.

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