Anubis

Lamentablemente a mi no me ha gustado tanto como la primera.

Encuentro varias cosas:

Muy rapida al principio, Beorn y el bosque negro y los elfos. Todo muy precipitado, me hubiese gustado disfrutar un poco mas de esa parte porque es de las mas chulas del libro.

Escenas del nigromante demasiado largas que no aportan nada al hobbit ni al señor de los anillos.

Historia de amor estúpida entre la elfa y Kili que alarga escenas si sentido.

La batalla en la ciudad, entre Legolas y los orcos que nadie se entera.

Banda sonora de acompañamiento pero ningun tema que suene como el de la primera o la cancion del final, incomparable con la primera.

El resto de cosas me han gustado, por supuesto los FX, los enanos en su mayoria siguen estando muy bien, Bilbo magnífico, lo mejor de la película, el Dragon sublime, etc... Pero ahora veo el alargamiento innecesario de esta magnífica obra. Yo siempre defendi que dos películas de unas 3 o 3,5h cada una iban a ser mas productivas.
6 de 10. Me duele ser asi pero es lo que he sentido en la peli. Aunque espero que en la tercera no se pasen de metraje.

magnificamente aburrida a mi gusto. Sobra media pelicula y cuando se hace interesante ya es tarde ya que de lo unico que tienes ganas de salir de la sala. La decepcion del año casi casi.

Acabo de salir del cine de ver La desolacion... y he de decir que es puro entretenimiento, y de lo mejor del año.

El Hobbit: Un viaje inesperado. Oda a la fantasía.
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“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”
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Coged vuestra mejor arma; espada, arco, hacha…cualquiera sirve, pues tras tantos años de espera, una nueva aventura en la Tierra Media nos llama. Recuerdos imborrables tenemos en el corazón, y con mucho ansia el público esperaba este regreso.
Tras el abandono de Guillermo del Toro en la dirección, el temor creció como una sombra oscura. Por suerte, Peter Jackson calmó las aguas y se hizo con la riendas de la esperada historia. La “Trilogía del Anillo” le lanzó a la fama mundial, y hacerse cargo de este proyecto, era una gran responsabilidad y una buena forma de agradecerlo.
Pero, una pregunta impregnaba el ambiente, ¿sería capaz de lograr la excelencia de nuevo?.
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“El Hobbit” (escrito por Tolkien para sus hijos) es un libro corto, y su extensión a tres películas ha creado muchas dudas sobre el resultado final de las mismas. En esta primera parte, veremos como un joven e ingenuo Bilbo, junto a Gandalf y trece variopintos enanos, iniciarán una aventura llena de peligros para recuperar el antiguo reino de Erebor de las garras del temible dragón Smaug.
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Su fantástico prólogo -donde Jackson vuelve a meternos en la historia de manera magistral- muestra la conquista de Erebor por el gran y codicioso dragón de manera simple, pero directa, y en unas secuencias de gran factura, crea los cimientos del odio eterno que se profesarán enanos y elfos en épocas venideras. Su historia, a veces frenética y en ocasiones pausada, nos encauza a un primer tramo del film rico en detalles, que sólo los fans y lectores acérrimos saborearán y apreciarán al completo. Su tiempo lento, no será del gusto de todos, pero servirá para asentar las bases del comienzo de una aventura maravillosa. Poco a poco, el ritmo irá aumentando de manera vertiginosa y hasta el último fotograma no nos volverá a dejar respirar. Sus partes de humor -aportadas en su mayoría por la ristra de enanos- son bien recibidas, y tampoco faltarán momentos de acción “made in Jackson”, ni escenas para el recuerdo -el pasaje de los trolls, y los acertijos en la oscuridad de Gollum, se quedan grabados en la memoria-.
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Conseguir un joven Bilbo Bolsón, que fuera convincente, era el principal pilar donde se sostendría este mastodóntico proyecto, y Martin Freeman -quién ha alcanzado fama por la serie británica Sherlock- ha sido una elección perfecta. Su actuación es simplemente magnífica. También, del resto del reparto, destaca un jovial Gandalf (Ian McKellen) y Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage) líder de los enanos que luchará a toda costa por recuperar el reino perdido por sus ancestros. Las apariciones de la anterior trilogía, son más que agradables, y ver en las actuaciones, los rostros relajados y fuera de preocupaciones de guerras que están por venir, le da un aire más amable al conjunto. Ya habrá tiempo para fruncir el ceño.
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La labor técnica es asombrosa; sonido, diseño de producción, esos planos aéreos -habituales y bellos-…Todo, como era de esperar, alcanza un nivel exquisito. Quizás, en los efectos especiales, se abuse un poco de CGI, pero su uso, es fundamental para los acontecimientos, personajes y escenarios. También hay que mencionar, el regreso de Howard Shore en la labor musical. Uno no puede imaginar una Tierra Media sin su música, y en esta ocasión, apuesta por reciclar temas ya conocidos, con otros nuevos de gran belleza; siendo un conjunto, más que acertado. Mención especial merece la canción principal que acompaña la película, Lonely Mountain. Neil Finn canta y embelesa con una melodía que no se puede dejar de escuchar.
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Haríamos muy mal en comparar “El Hobbit” con “El señor de los anillos”, y quién espere la misma épica, se sentirá defraudado. Aquí no se trata de ver una lucha titánica entre el bien y el mal, sino una aventura de un grupo en particular con un interés personal. Es una historia más distendida, con enormes dosis de aventura y fantasía.
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Esta primera película, sirve como un delicioso entrante para un gran plato principal. Es una gigantesca y encantadora presentación, de unos acontecimientos, más épicos y álgidos, que están por llegar. La aventura ha comenzado, y visto el magnífico resultado, en "La Desolación de Smaug", el viaje ya no será tan inesperado.